Por la gran ciudad todo va bien, aunque ya he hecho una mini escapada a una ciudad más pequeñita y acogedora este fin de semana. Tenía ganas de ver a mi hermana y tomarme mi traslado con tranquilidad. La verdad es que mientras venía hacia Salamanca no dejaba de pensar en cómo íbamos huyendo todos de un lado a otro, de cómo corremos para coger un autobús, un tren. Por encontrar un rato de calma nos pasamos el día con prisas. Y a medida que iba pasando la tarde del viernes, desde la ventanilla del autobús el paisaje era más y más bonito. No puedo dejar de sentirme de este lugar. De reencontrarme cada vez que vengo. Es una sensación rara en unos días en los que no sé muy bien dónde estoy.
La verdad es que no sé muy bien qué contar. No he parado y parece que lleve mucho más tiempo fuera de casa, pero son tantas cosas las que se me pasan estos días por la cabeza, tantas sensaciones que no sé muy bien cómo estoy. Empiezo a añorar bastante a varias personas muy importantes en mi vida… las tengo muy cerca, pero no sé, ahora las necesito cerca de verdad. Tantos mensajes y llamadas estos días me han hecho sentirme menos sola… y a la vez echaros más de menos.
En fin, sólo espero no haber perdido el sentido del camino…
...desordenada habitación... 
El sentido del camino es caminar. No?
Eso dijo el gran Antonio Machado…
la gente vive con prisas en muchos lugares, yo a veces me tiraría por la ventana de la locura que se vive aquí… todo son horarios preestablecidos, recados, quehaceres y al día siguiente lo mismo, vuelta a empezar… hay días que quiero volar, pero no puedo, aún por el momento debo esperar.
Bueno, el día a día de las prisas ya es volar…
como escapar de mi realidad que me esta matando, estoy sola y sin nada por que luchar…..
Si tu realidad te hace daño, busca otra. Siempre hay otra realidad posible. Hay miles de realidades. Y siempre hay algo por lo que luchar: tú misma. Todo lo demás, va y viene.
Un besote, espero verte por aquí más veces.